Cuando mi papá aún vivía en Rep. Dominicana, me llamó mi hermana emocionada un día y me dice: "Mira, encontré unos pasajes a Santo Domingo ba-ra-tí-si-mos para ir a visitar a los viejos. Ya los compré. Nos vamos en una semana", y cuando fue a ver eran para Sto. Domingo, Táchira.