Anoche, tras las uvas, timbraron. Abrimos y, al otro lado del pasillo, en su puerta, mascarilla y copa en mano, mis vecinos, un matrimonio de 75 años. Querían brindar en la distancia. Llegarán, pero recordad que el día 1 no ha traído todavía los abrazos.
Y nos hacen mucha falta.