Normalicemos saber que hay decisiones correctas que nos van a romper el corazón, que hacer las cosas bien requiere muchísima más valentía que hacerlas mal, que empezar de cero da pánico, que da miedo arriesgarnos pero siempre, ser valiente y buena persona tiene su recompensa.

Hay personas que no quieren nada contigo pero quieren tu atención para poder alimentar su ego, te hacen creer que les importas y de vez en cuando te dan una migaja de cariño para poder mantenerte ahi. ¡No mereces estar ahí!

No tengas miedo de no ser suficiente, no tengas miedo de arriesgarte, no tengas miedo de lo que diga la gente, no tengas miedo de perder, no tengas miedo de seguir tus sueños, no tengas miedo de fallar. Porque cuando te caes, aprendes. Y cuando aprendes te haces más fuerte.

Todos los días hay algo por aprender, algo por olvidar y mucho por agradecer.

Guarda siempre este consejo de tu psicóloga: Recuerda siempre, que lo mejor que puedes hacer por los demás es primero estar bien contigo mismo.

La vida también es todo eso que, a veces con miedo, decides empezar. ¡Vamos por este inicio de semana!

Florecer implica pasar por todas las estaciones.

Sanar te enseña que la sinceridad nunca va a destruir algo que es verdadero. Comunicar de tus sentimientos no hará que pierdas algo valioso. Tus límites no te van a alejar de las personas correctas y, tu autenticidad no te costará relaciones que sean genuinas.

Quién no sabe lo que quiere, a veces pierde lo que tiene y a veces descubre que perdió exactamente lo que quería.

Si tienes que esforzarte mucho para demostrarle a alguien lo que vales, tal vez esa persona es quien no vale para ti.

Un día se te quita el miedo de perder a las personas, de empezar de cero, valoras tu tranquilidad y aunque a veces la soledad duela y los nuevos comienzos sean difíciles, entenderás que siempre vas primero y que por nadie vale la pena apagarse, descoserse o romperse.

Si supiéramos el poder q’ traen los nuevos comienzos, no tendríamos miedo de empezar de nuevo las veces que sea necesario. Los cambios suelen venir con dudas e incertidumbre, pero ¿qué pasa si en el proceso descubres qué ésta versión de ti que ahora estás explorando te gusta más?

Cada persona actúa desde su nivel de entendimiento, madurez, inteligencia y empatía. Su problema no es contigo, es con su propia forma de pensar y ver la vida, consigo mismo.

Y de repente llega un año que te enseña lo que no habías aprendido hasta ahora: a parar, a tener paciencia, a sanar y a vivir un día a la vez. El que te hace bajar la cabeza y ser resiliente. A entender que cada día que tenemos salud y amor, es un buen día. A valorar y agradecer.

Son los pequeños hábitos, cómo pasas tus mañanas, cómo te hablas a ti misma, lo que lees, lo que ves, con quién compartes tu energía, quién tiene acceso a ti. Todas estas pequeñas cosas cambian tu vida. Créelo: tienes el poder de transformar tu vida.

A la fuerza comprendí que hay cosas que no van a cambiar, entonces decidí cambiar yo y avanzar.

Que no se te pase la vida intentando encajar con personas y en lugares que ya no te hacen bien. Quizás no lo veas ahora, pero siempre hay un lugar que espera por ti.

ÁMATE TANTO que te pongas como prioridad, que te des cuenta de lo que mereces, de lo que vales, que si algo no te hace bien logres tomar distancia, que te des la oportunidad todos los días de elegirte a ti, de elegir el camino que te dé bienestar.

Que bonita te ves, cuando te priorizas, cuando decides ser tu proyecto más importante. Cuando pones tus sueños, pensamientos y emociones como prioridad. Que linda te ves cuando trabajas en ti. Cuando decides darte lo que necesitas, cuando priorizas tu bienestar y salud mental.

Sí existen curitas para el alma: son las personas, lugares, terapia, canciones, libros y conversaciones que te hacen bien.