- Soy el negociador. Necesito saber si los rehenes están bien.
- No juegues conmigo que tengo el gatillo fácil y los tengo a todos delante mío.
- Se dice delante de mí.
Entrar en una tienda reptando cuando la persiana metálica está a 50 centímetros del suelo y preguntar si está cerrado es lo que nos diferencia del resto de los animales.