Hay personas que llegaron, estuvieron y se fueron sin remedio. Transitorias. Pero a veces la vida encuentra la forma de volver a conectarte a ellas de forma completamente inesperada.
Es evidente que el paso del tiempo transforma a las personas. Yo no soy la misma persona que hace un año. Y creo que ahí reside lo fascinante de lo humano: la capacidad de cambiar, evolucionar, aprender de las dificultades y de los momentos de euforia.