¿Qué prácticas se consideran deseables y son altamente aplaudidas pero en realidad sólo son un síntoma de la enfermedad de nuestra época?
Empiezo yo: el multitasking.
Qué bien hacen los amigos antiguos, los amigos infrecuentes o de mundos muy distintos, los que vienen a recordarte otras coordenadas en las que se puede vivir, pensar y sentir.
En un mundo tan obsesionado con la obediencia femenina (no goces, no folles, no engordes; perdónalo, sírvele, aguántale la pendejada) liberar el arquetipo de la loca del pueblo –y las brujas con su aquelarre y las sabias despeinadas– se vuelve vital.
La mente se agota de consumir tanta información de forma tan fragmentada y tan rápida (como lo es por ejemplo tiktok).
A la vez, se acostumbra a reducir sus intervalos de atención, haciendo que cada vez le sea más difícil concentrarse.
Y así le va.
Dice Freud que la neurosis es la incapacidad de tolerar la ambigüedad. Agregaría un subproducto: el pensamiento obsesivo surge de la incapacidad de tolerar el sinsentido.
Abandonar las ideas suicidas también requiere un duelo; hay que hacer las paces con que se ponga como de ponga la vida, uno se cargará a sí mismo y será su aliado.
Un lenguaje del amor básico: que el otro aprecie los matices con los que texturizas el mundo.
Si cocinas, que sepa valorar tu uso del comino; si diseñaste el espacio, que pueda celebrar ese florero ahí; si eres palabrero, que vea lo que implica que hayas elegido decirlo _así_.
Si tienen una amistad pasando por un momento difícil, lo mejor que pueden hacer por ella es llenarle el refri de comida preparada o ayudarle a limpiar su espacio.
Menos acompañamiento intelectualizado, más cuidados que sostienen.
Es que para amar –para amar de veras– se necesita un mínimo de paz mental, cierto conocimiento de uno mismo, una buena relación con el presente y con el afuera, y un ego entrenado para la elasticidad y el adelgazamiento.
Los hombres necesitan de sus parejas menos amor maternal y más amor paternal. Menos acurrúcate en mi regazo, pequeño animal herido, y más párese derecho y ande, usté puede.
A veces las parejas funcionan por afinidad y a veces por complementariedad.
Los afines comparten proyecto, cosmovisión o actividades. Y así construyen.
Los complementarios se despiertan mutuamente de su sueño de mismidad y se reinventan en la diferencia del otro. Y así crecen.
No, a ver, la ciencia no es equivalente a "la verdad". Ese tipo de fervor ciego mata. La ciencia es un espacio vivo de investigación en donde continuamente hay posturas encontradas y paradigmas en disputa. Confundimos hechos con datos y datos con interpretaciones y así nos va.
Yo a veces sí revisaba likes de gente que me significaba, la vdd, más que para "espiarles", era como un ejercicio de mirar un ratito el mundo con sus ojos, conmoverme con sus conmociones, reírme de las tarugadas que los habían hecho reírse.
Creo que los hombres guardarían mejor relación consigo mismos y con su entorno afectivo si buscaran más ser atestiguados. Si, por ejemplo, después de cualquier desavenencia tuvieran por hábito contarle a un amigo qué pasó, qué sintieron y qué concluyen de eso.
Se hacen muchas bromas sobre las mujeres cambiando de look cuando terminan una relación pero a mí me parece algo bellísimo, sabiduría intuitiva de animales cíclicos que saben fundirse con los procesos muerte-renacimiento.
Nadie es mejor que nadie por ir a terapia. La terapia en todo caso es un regalo que uno se da a sí mismo y a sus relaciones, pero no es el principio ni el fin de nada.
Tantas relaciones que se terminan por un mecanismo (inconsciente) de proyección: deposito en ti o en nuestro vínculo algo que me resulta intolerable de mí mismx, te sacrifico y con eso creo que me libero de esa parte de mí. Te hago el chivo expiatorio de mi propia sombra.
El lenguaje siempre traiciona, es demasiado permeable. Todo lo oculto y lo negado termina por colarse entre las estructuras sintácticas, las ambigüedades, los tropiezos.
Me entero de que existe una biografía de Tolstoi contada a partir de los momentos en los que lloró.
Qué maravilla. Ahora quiero hacer mi propia versión.
Vas a terapia para dejar de negar tu verdad profunda. Que detrás de tu enojo hay miedo, por ejemplo. Que detrás de tu tristeza hay alivio también. Que usas tu moral para refugiarte de tu deseo. Que tú también fuiste responsable.
La gente cae en consciencia de que tiene un problema cuando tiene síntomas alarmantes –como una ansiedad desbordada–, pero síntomas más sutiles como falta de curiosidad y falta de gratitud ya nos hablan de un alma deprimida.
La crisis de los 35 (+/-) me parece interesantísima: esa revelación de que se acabaron las prórrogas, de que nada milagrosamente germinará más tarde, de que ésta es ya la vida y de que uno es ya –en lo general– el adulto en la sala.
Todo lo bueno en esta vida mata, engorda o te sumerge en un desorden epistemológico en el que se te licúan todas las categorías, experimentas la muerte del ego, quieres arrancarte la piel, pides perdón por todos tus pecados y acabas llorando de gratitud.
El 27 bajan las mascotas, el 28 los que murieron violentamente, el 29 los que fallecieron ahogados, el 30 las almas olvidadas, huérfanos y criminales, el 31 las almas en el limbo y los nonatos, el 1ro los santos inocentes o niños fallecidos y el 2 ya los adultos más normies.
Si un hombre necesita contención/corregulación/acompañamiento lo más probable es que sea una mujer la que se lo brinde.
Si una mujer necesita contención/corregulación/acompañamiento lo más probable es que sea una mujer la que se lo brinde.
De lo que se concluye que.
Por eso, si usted tiene una hora libre, considere utilizarla en escuchar una sola charla y no sesenta tiktoks. Su mente se lo agradecerá.
Ese consejo le doy porque Nere su tía soy.
Guau, muchos interesados. A ver, a mí me da lucidez y energía pero la idea general es que alinear tus ciclos circadianos con los horarios del sol permite que un montón de funciones biológicas estén a su máximo.
Acá un link que encontré:
Quien no asume la soledad existencial y no accede a emprender la propia odisea de ser sí mismo, está condenado a relacionarse desde una posición infantil. "¿Me reafirmas, me apruebas, me cargas?".
Aguas con el virus del higienismo. Algunos de sus síntomas son: disolución de vínculos, aislamiento, superioridad moral, desconfianza, erosión de la empatía, rechazo a las expresiones de solidaridad, reificación del cuerpo, depresión y agorafobia.
Es curioso cómo los hombres a menudo ofrecen ayuda desde un lugar heroico, onda "ahora mismo voy, no importa que sean las 2am". Se detiene el tiempo, Moisés abriendo las aguas, el público aplaude enardecido.
Y luego, a la hora de sostener cuidados, se olvidan.
Quiero tener cerca sólo a personas con las que tener problemas se sienta bien; que sea seguro, fructífero y hasta interesante, que sea pretexto para generar nuevos niveles de intimidad.
No hagan dudar a los niños de sus propias percepciones. Si, por ejemplo, el niño nota que están llorando y les pregunta que qué tienen, no le contesten que nada.
"¿Cuántas parejas sexuales has tenido?" no es una pregunta médica. Es una pregunta moral. O si acaso, en el mejor de los casos (raros), una recopilación estadística.
Mucha gente no quiere un compromiso no porque _necesite_ o esté buscando activamente nuevas interacciones sexuales, sino porque les resulta intramitable la idea de tener que considerar a alguien aparte de sí mismos en sus decisiones.
El obsesivo esconde su deseo en cualquier tiempo verbal que no sea éste; en lo que sería o pudiera ser o hubiera sido, en lo que estaría bueno algún día, en lo que fue o en lo que será cuando pasen los tiempos difíciles.
Como cuando le dicté a mi hermano mi contraseña del wifi -que es el número de teléfono de cuando éramos niños- y por una fracción de segundo se le iluminaron los ojos niños sobre el rostro de señor.
Un factor clave para pensar el tema de relaciones y apegos es la orfandad: por supuesto que alguien que no tiene padres o acaba de migrar o perdió toda su red o está desprotegido en general va a agarrarse mucho más fuerte a una pareja, es una cuestión de supervivencia.
Necesitamos más hombres que hablen de sus sentimientos con hombres; de su infancia, de sus inseguridades. Necesitamos más círculos para hombres organizados por hombres que reflexionen sobre nuevas masculinidades.
Dejen de ponernos en el centro de su trabajo emocional.
Después de tantos años me sigue pareciendo de lo más conmovedor vivir con un animalito vivo, un sercito peludo empeñado en persuadirme con sus ojos, sus patas, sus juguetes.
Si hemos de abandonar la categoría "feminismo" pues la abandonamos, total (dan ganas cada tanto, la neta, entre tanta disputa de poder-saber), pero abandonar la lucha a favor de las mujeres, eso nunca.
Que si querría volver a enamorarme, me preguntan. No sé, enamorarse es como adoptar un cachorro, de un lado qué ternura, qué cosa más linda, me derrito, del otro ya te destruyó la casa y ya te cagó la alfombra y ya no puedes irte tranquila a ningún lado.
Me encanta que la gente no enamorada es toda bitchy con su lista interminable de lo que buscan en una pareja pero apenas se enamoran y todas las proyecciones se les caen y namás se quedan ahí torciendo el cuellito y frunciendo el ceño como mirando un Pollock.
Que en esta noche de San Juan se prendan fuegos en toda la tierra, que los enamorados se regalen coronas de flores, que las mujeres se bañen en el mar y a los tristes los purifiquen con hojas de laurel.
Que todo se trasmute y el olvido y la memoria vengan en iguales proporciones.
Necesitamos tocarnos más. No sólo para saludarnos y despedirnos. No sólo si somos pareja. Peinarnos, acicalarnos, masajearnos, acurrucarnos.
Resistencia mamífera. 👊