Esta es la posición de impunidad de @Palencia3Monica y @DanielNoboaOk en la desaparición forzada de Ismael, Josue, Steven y Nehemías!

Preocupación por fallo de la Corte Constitucional sobre consulta previa

🔴 #URGENTE Defensores del Agua son declarados culpables y condenados a 4 años de prisión. Tribunal de Garantías Penales de Guaranda @BolivarCJ declaró culpables a Fausto A., Wilfrido E., y Gilberto T., por el delito de violación de propiedad privada, SIN PRUEBAS. Una vez más criminalizan a defensores de derechos de la naturaleza, perpetuando la injusticia en un sistema que debería garantizar la defensa de los derechos humanos y ambientales. #DefensoresEnRiesgo #JusticiaParaLosCampesinos @ONU_derechos @AmnistiaOnline @MaryLawlorhrds @FiscaliaEcuador @DEFENSORIAEC @FLDAmericas @revistaPlanV @amnistia

⭕#Urgente || La @CorteConstEcu emitirá revisión de la Causa 1296-19-JP sobre el derecho a la autodeterminación y el consentimiento y consulta, previa, libre e informada sin convocar a audiencia a los Pueblos y Nacionalidades Indígenas. #Confeniae #NadaSobreNosotrosSinNosotros

La @CorteConstEcu pretende conocer y resolver el caso @WaoResistencia sin escuchar a nacionalidad waorani y otras nacionalidades afectadas violando nuevamente estándares nacionales e internacionales sobre derechos de pueblos indígenas y tribales 👉

Nacionalidades indígenas de la provincia de #Pastaza en la #Amazonía ecuatoriana exigen a la @CorteConstEcu convoque a #AudienciaYa por la Causa 1296-19JP en territorio #Waorani y genere precedentes para la garantía del derecho a la consulta previa, libre e informada 👇🏻

El panorama para Ecuador no es muy alentador —sabemos que hay una gran posibilidad de que la violencia, ya cíclica y dinamizada, aumente—, pero hay mucho por hacer, por recordar y por decir. Si hay algo en que creer es en la colectividad de la acción, la palabra y la memoria, muy lejana, eso sí, a la clase política mediocre de este país sobreviviente. Hoy se cumplen dos meses desde que los cuatro niños de Las Malvinas fueron desaparecidos bajo custodia del Estado ecuatoriano. Esta semana, también, se cumplió un año desde que Carlos Javier Vega, un joven soñador e inocente de 19 años, fue asesinado en un operativo militar mientras las Fuerzas Armadas le decían al país una mentira: que era un "terrorista". Investigar su historia fue, también, conocer a una familia que no exige cárcel, sino principalmente la justicia colectiva: que el Estado reconozca que Javier no era la mentira que regaron a escala nacional. Que quería ser marino y fue asesinado por uno. Dave Loor Roca fue desaparecido en un operativo militar en Ventanas (Los Ríos) hace cinco meses y su familia lo busca incansablemente. Diana, su tía, ha dicho: "nosotras incluso oramos por los militares para que cumplan su trabajo bien y protejan su vida, pero dígannos dónde está Dave". Hasta hoy, hay, al menos, 27 personas desaparecidas en contextos de detenciones y operativos militares y policiales, 16 presuntas ejecuciones extrajudiciales, más de 215 presuntas extralimitaciones en la ejecución de un acto de servicio. También hay silencio. Mucho silencio de Estado no solo sobre las muertes, sino sobre la precarización de la vida, los periodistad exiliados (19 desde 2023), los pacientes que esperan sus diálisis, los niños que sueñan con lo básico: llegar a casa. Policías, militares, fiscales, directoras de cárceles, guías carcelarios, y funcionarios estatales han sido asesinados y sobre sus muertes ha habido, también, impunidad. La realidad es durísima e innegable en el Ecuador gobernado por Daniel Noboa, el minúsculo, el mentiroso, el soberbio, el paria —como lo han llamado—, el sin brújula, el autoritario, y el estudiante fallido del poder: enero fue el mes más violento en la historia de este país. Un resultado, además, que solo le pertenece a Noboa, sino a quienes le antecedieron y hoy vomitan promesas falsas con total cinismo. Por eso mismo, hay aún un Ecuador que sí existe y por el que —creo aún firmemente— hay que jugárnosla: el país de las voces que trabajan en territorio para sostener la vida. En Esmeraldas, por ejemplo, una hermosa Nación de Paz forma lideresas e infancias que promueven la cultura de paz. Que asiste, además, a víctimas de la violencia y replantean la justicia para quienes la ejercen. Mi trabajo no es escribir ni sugerir por quién votar —yo misma he cuestionado siempre el sistema electoral, porque, ¿de qué democracia hablamos en este contexto?—, pero quizá sí decir lo que he visto trabajando: el tejido social y la reconciliación salva vidas. Que en estos tiempos de silencio de Estado, el tejido eleve voz y memoria: todas las vidas perdidas importan. ¿Cuántas más estamos dispuestas a ceder?