la foto podría ser de ayer, pero tiene 20 años. en la cuchara sale reflejado mi padre. quiso guardar un almuerzo de mi hermana y mío, hecho por mi madre. es extraño y bello el deseo de recordar lo mínimo a través de la foto digital, en la que a veces parece que no pasa el tiempo
un día te despiertas y te das cuenta de que te encanta poner puntos suspensivos y muchos signos de exclamación, darle a me gusta a publicaciones sobre animales y crochet, y le comentas a tus amigos en todas las fotos que son guapísimos: has entrado en tu era «tía Loli»
acordándome de un día en el que fui al Reina Sofía, una niña se puso a bailar breakdance delante del Guernica y los vigilantes no sabían qué hacer (uno le decía al otro que era raro, pero no ilegal)
a mí el tema de Kate Middleton desaparecida, la actividad extramarital de William, etc., sí, me da curiosidad, pero lo que verdaderamente me obsesiona son estas fotos del palacio de la supuesta amante, Rose Hanbury
pensando en que conocer a una persona implica reconocernos, es decir, recorrer de nuevo todo aquello que nos constituye, volver a lo que estaba en silencio en nosotros para decir: «mira, yo soy esto. ¿y tú?»
últimamente pienso mucho en el poema de María Bautista que dice: «Qué tristes son los barrios donde nunca he vivido / y las casitas donde nunca he sido. / Porque son tan punzantes / otras vidas posibles»
en el autobús hay un niño pegado a la ventana. va leyendo en alto todos los carteles que ve. está ilusionado porque sabe descifrar un código y yo no puedo parar de pensar en lo determinante que es conocer la escritura y lo normalizado que lo tenemos en nuestra cultura
no, academia punto edu, no soy una reputada neurobióloga a la que citan diez veces al día, solo soy una chica con un nombre sencillo, suéltame el brazo, por favor
existe una belleza en el aprender una nueva lengua que tiene que ver con la indefensión y el deseo: hay un mundo que no sé nombrar en este idioma, pero proyecto un futuro en el que soy capaz (fantaseo con palabras que aún no conozco), voy a tientas, despacio, hasta él
Anne Carson: «Esperar es buscar».
Alejandra Pizarnik: «Buscar. No es un verbo sino un vértigo. No indica acción. No quiere decir ir al encuentro de alguien sino yacer porque alguien no viene».
las conversaciones como trama y la amistad como espacio. La chicas están bien es una película, el ensayo de una obra de teatro (algo muy precido a estar vivo) y, por supuesto, un cuento (d'été ?). me ha encantado 🌿
«Escribir es como llorar, y hoy no puedo dejar de llorar. / Hoy tengo la pena suficiente para talar un bosque. / Si pudiera encontrar un lugar donde no hiciera falta fingir, / lloraría, lloraría a todas horas. / Incluso el cielo me parece un muro».
Angélica Liddell
ayer me hicieron una transfusión de sangre y no podía parar de pensar en la belleza que hay en que alguien ponga gratuitamente el cuerpo para que otros lo sigan conservando. viva la sanidad pública y vivan los donantes ❤️🩹
Al reflejar pronunciaciones de la lengua descuidada, el apóstrofo (no «apóstrofe») solo se debe usar para indicar la supresión de sonidos al articular palabras sucesivas: «p’allá», «m’he caído». No se usa en casos como «pa mi casa» por «para mi casa» o «echao» por «echado».
a la persona que se ha dejado un tomo de Los hermanos Karamázov en una clase, quiero decirle que me encanta que tenga flores y marcas (y que se ponga en contacto conmigo para devolvérselo sano y salvo)
hay acciones que parecen ser solo recuerdos de la infancia, como, por ejemplo, el primer baño en el mar cada año; siento que en ese momento no soy yo la que nada, sino que simplemente mi memoria rescata algo que pasó hace 15 años. me ocurre también cuando abrazo o como dulces
ayer me llamaron para darme una noticia extraordinaria. estoy profundamente contenta y agradecida por este regalo. saber que tu libro llega de esta forma es una recompensa enorme. mil gracias.
lo que yo daría por haber visto estos cuerpos en vivo
Café Müller, de Pina Bausch (en concreto, el fragmento pertenece a Pina, un documental de Wim Wenders)