Mire, uno aguanta y aguanta, pero luego le reprochan que nos hemos ido demasiado rápido solos o con otra persona. Cuando la realidad, es que nos fuimos desde hace mucho tiempo.
Pensé mucho sobre lo todo lo que entregué a algunas personas (no hablo de nada material) y acabé odiando la versión más joven que fui. Entiende mi desconfianza, entiende que sólo me tengo a mí: eso me enseñó el tiempo y la gente a la que realmente no le importé.