“Y una mañana, de verdad,
una mañana vas a abrir los ojos
y te vas a sentir rara.
Te vas a tocar el pecho, tu corazón
va a estar latiendo, tranquilo.
Quédate escuchándolo.
Esta diciendo: Gracias. Ya pasó. Estoy listo, cuando quieras, para que quieras otra vez.”
–Magali Tajes.
“Dile que sí, aunque te estés muriendo de miedo, aunque después te arrepientas, porque de todos modos te vas a arrepentir toda la vida si le contestas que no”.
— Gabriel García Márquez, El amor en los tiempos del cólera.
“— ¿Cuánto habríamos durado?
— Toda la vida. Te habría hecho tan feliz que no me hubieras dejado nunca”.
— Mario Vargas Llosa, Travesuras de la niña mala.
“Cuando ya no te quieren, es fácil saberlo, aunque no te lo digan, lo sentirás en lo más profundo de tu alma, porque la indiferencia, jamás pasa desapercibida”.
— Julio Cortázar.
“Rompí a llorar. Me encanta esa expresión. No se dice rompí a comer o rompí a caminar. Rompes a llorar o a reír. Creo que vale la pena hacerse añicos por esos sentimientos”.
— Albert Espinosa, Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo.
“Siempre te he querido, y cuando se quiere a una persona, se le quiere tal como es, aunque no sea como uno quisiera que fuese”.
– Leo Tolstoy, Ana Karenina.
“Tú no tienes ni idea de lo que significó para mí conocerte.
Tenía muchos miedos, seguramente tantos como tú.
Pero hablar contigo, aunque solo fuera un rato, era quitármelos de un plumazo”.
— Defreds.
“Entonces lloré por ella y por mí, y recé de todo corazón para no encontrarme con ella nunca más en mis días”.
— Gabriel García Márquez, Memoria de mis putas tristes.
“Le dije adiós. Porque cuando alguien no presta atención a lo que hablas, no valora lo que das o no entiende lo que quieres, es mejor distanciarse”.
— Brisa Calida.
“Hay una historia detrás de cada persona. Hay una razón de por qué son lo que son. No es tan solo porque ellos lo quieren. Algo en el pasado los ha hecho así y algunas veces es imposible cambiarlos”.
— Sigmund Freud.
“Te enamoras de alguien precisamente porque no es como tú, porque te aporta aquello que a ti te falta. O por algún otro motivo que carece de explicación racional. Da lo mismo. Cuando sucede... lo sabes”.
— Laura Gallego, La misión de Rox.
“Y si vivieras conmigo, te dejaría cartas debajo de la almohada, sé que no te gusta la soledad y que también te gusta leer. Eso te ayudará con ambas cosas”.
— Jaime Sabines.
“No sirve eliminar y bloquear, no sirve intentar olvidar. A las personas hay que soltarlas desde adentro. Aceptando que ya no forman parte de nuestro camino. Caminando”.
— Nicolás Andreoli.
“La distancia no es un problema. El problema somos los humanos, que no sabemos amar sin tocar, sin ver o escuchar. Y el amor se siente con el corazón, no con el cuerpo”.
— Gabriel García Márquez.
“Todo fue tan fluido, tan espontáneo, tan natural, que a ninguno de los dos nos pareció nada raro que de pronto mi mano estuviera en su mano... ”
— Mario Benedetti, Cuento: los novios.
“Era todavía demasiado joven para saber que la memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y que gracias a ese artificio logramos sobrellevar el pasado”.
—Gabriel García Márquez, el amor en los tiempos del cólera.
“A veces no necesitamos que alguien nos arregle, a veces, solo necesitamos que alguien nos quiera, mientras nos arreglamos nosotros mismos”.
— Julio Cortázar.
“Contéstale que sí, aunque te estés muriendo de miedo, aunque te arrepientas, porque de todos modos te vas a arrepentir toda la vida si le contestas que no”.
— Gabriel García Márquez, El amor en los tiempos del cólera.
“Cuando ya no te quieran, lo sabrás, aunque no te lo digan. Lo sentirás desde lo más profundo del alma, porque la indiferencia jamás pasa desapercibida”.
— Julio Cortázar.
“Espero que
vivas una vida de la que estés orgullosa. Y si te das
cuenta de que no es así, espero que tengas el valor de empezar de cero”.
— El curioso caso de Benjamin
Button, F. Scott Fitzgerald.
“Yo quiero proponerle a usted un abrazo, uno fuerte, duradero, hasta que todo nos duela. Al final será mejor que me duela el cuerpo por quererle, y no que me duela el alma por extrañarle”.
— Julio Cortázar.
“Ahora yo no sé si vas a poder leer esta carta, pero igual siento como una necesidad de decirte que yo contigo he sido más feliz de lo que en los libros dice que se puede”.
— Eduardo Galeano.
“Y me besó. Fue el tipo de beso del que nunca podría hablar en voz alta con mis amigos. Fue el tipo de beso que me hizo saber que nunca había sido tan feliz en toda mi vida”.
— Stephen Chbosky, Las ventajas de ser invisible.
“Si aquellos a quienes comenzamos a amar pudieran saber cómo éramos antes de conocerlos, podrían percibir lo que han hecho de nosotros”.
— Albert Camus.
“Y me besó. Fue el tipo de beso del que nunca podría hablar en voz alta a mis amigos. Fue el tipo de beso que me hizo saber que nunca había sido tan feliz en toda mi vida”.
— Stephen Chbosky, Las ventajas de ser invisible.
“No sé por qué cuando estoy por celebrar algo te recuerdo con ganas de contarte todo.
Quizás a esto se refieren cuando hablan de tocar a una persona hasta el alma”.
— Anónimo.
“Era todavía demasiado joven para saber que la memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y que gracias a ese artificio logramos sobrellevar el pasado”.
—Gabriel García Márquez, El amor en los Tiempos del Cólera.
“Tu alma gemela no es alguien que entra en tu vida en paz, es alguien que viene a poner en duda las cosas, que cambia tu realidad. No es un ser humano idealizado, sino una persona común y corriente, que se las arregla para revolucionar tu mundo en un segundo”.
— Mario Benedetti.
“Llora tres días y dos noches, no más de eso. Y entonces aprende a quererte; o mejor ámate, sí. Y cuando sepas hacerlo como nadie lo ha hecho, píntate los labios de una boca que te quiera en todos tus colores”.
— Mind Of Brando.
“No puedo concretar la hora, ni el sitio, ni la mirada, ni las palabras que pusieron los cimientos de mi amor. Hace bastante tiempo. Estaba ya medio enamorado de ti antes de saber que te quería”.
— Jane Austen, Orgullo y Prejuicio.
❤️ “Ella tenía razón. Nunca se veía bonita. Se veía como si fuera arte, y el arte no tiene que verse bonito; tiene que hacerte sentir algo”.
— Rainbow Rowell, Eleanor & Park.
“Y una mañana, de verdad, una mañana vas a abrir los ojos y te vas a sentir rara. Te vas a tocar el pecho. Tu corazón va a estar latiendo, tranquilo. Quédate escuchándolo. Está diciendo: Gracias. Ya pasó. Estoy listo, cuando quieras, para que quieras otra vez”.
— Magalí Tajes.
“No puedo concretar la hora, ni el sitio, ni la mirada, ni las palabras que pusieron los cimientos de mi amor. Hace bastante tiempo. Estaba ya medio enamorado de ti antes de saber que te quería”.
— Jane Austen, Orgullo y Prejuicio.
“Y la miró por última vez para siempre jamás con los ojos más luminosos, más tristes y más agradecidos que ella no le vio nunca en medio siglo de vida en común, y alcanzó a decirle con el último aliento: solo Dios sabe cuánto te quise”.
— GGM, El amor en los tiempos del cólera.
“Todo el mundo lo sabe:
Cuando te rompen el corazón en mil pedazos, y te agachas para recogerlos, solo hay novecientos noventa y nueve trozos”.
—Chris Pueyo.
“No sé si soy una persona triste con vocación de alegre, o viceversa, o al revés.
Lo que sí sé es que siempre hay algo de tristeza en mis momentos más felices, al igual que siempre hay un poco de alegría en mis peores días”.
— Mario Benedetti.
“Usted y yo tenemos una lluvia pendiente, no importa si es febrero o si es mayo, sé que ese día lloverá... Yo le haré café, y usted me hará la vida”.
— Isco Santi.
“Lo amaba, ¿sabes?, pero tengo una teoría sobre el amor. Creo que, por buenos que sean, hay amores que no están destinados a durar para siempre”.
— Cecelia Ahern.