Dicen que
si no sufres por amor,
realmente no amas,
sin embargo,
a veces llega alguien que
te abraza con una mirada,
te acaricia con una sonrisa
y te acompaña día y noche,
sin necesidad de tomar tu mano...
Entonces nunca más sufres,
aunque la soledad
se vuelva tu compañera...