Desembarro
@barroestepario
Followers
1,271
Following
1,014
Media
428
Statuses
16,174
Intentando flotar.
Estepa imaginaria
Joined October 2023
Don't wanna be here?
Send us removal request.
Explore trending content on Musk Viewer
Eminem
• 239694 Tweets
River
• 208495 Tweets
Celtics
• 158443 Tweets
LeBron
• 146376 Tweets
Lakers
• 124923 Tweets
Fernando Valenzuela
• 100913 Tweets
Deyverson
• 83129 Tweets
John Kelly
• 77611 Tweets
Knicks
• 76489 Tweets
Mineiro
• 70793 Tweets
Tatum
• 67301 Tweets
Gallardo
• 53862 Tweets
KARIME X MONTSE Y JOE
• 48887 Tweets
GALA X MOJOE
• 42108 Tweets
Nacho
• 40581 Tweets
GARIME X MOJOE
• 39842 Tweets
#じゃがりこの日
• 37942 Tweets
政党助成金2000万円
• 34784 Tweets
Fonseca
• 31763 Tweets
The Next Prince Q13
• 30670 Tweets
非公認議員
• 30105 Tweets
Timberwolves
• 29916 Tweets
Borja
• 21375 Tweets
Daisuke
• 18021 Tweets
Anthony Davis
• 17314 Tweets
東京メトロ
• 16944 Tweets
Randle
• 15342 Tweets
Gobert
• 14178 Tweets
#LakeShow
• 12963 Tweets
DONNY 4everAKapamilya
• 12667 Tweets
支部の活動費
• 12224 Tweets
Tigres
• 10988 Tweets
Pinned Tweet
Somos esa mezcla
de tensión y calma
que desmerece
la armonía.
Yin-yang alado
tan desfigurado
que si cobrase vida
explotaría.
Mares salados
que curan la herida
a la vez que la abren.
Instinto y razón
a partes iguales
en equilibrios
disfuncionales.
Y yo no nos cambiaría
por nadie.
2
19
101
Quisiera ir a besarte,
solo un beso,
sin molestar demasiado.
Con la trémula inocencia
del beso primero,
con el sabor infinito
del último beso.
Y si se te clava
en las entrañas,
como a mí te me has clavado,
que ese beso,
aunque me vaya,
prometa nuevos besos
a tus labios.
11
64
307
La esperanza es el mago
que saca palomas
del sombrero.
No, espera...
La esperanza
es el sombrero.
No, no, espera...
La esperanza
es la paloma y su vuelo,
alejándose en el cielo.
La esperanza
es solo el tiempo
que dura un deseo.
7
50
248
No quiero aire puro,
ni estepas que separen,
ni ánades errantes,
ni destinos ocultos.
Ni aliento compartido,
ni labios, ni gemidos,
si no son tuyos y míos.
6
52
233
Es un brillo perfecto
el dorado reflejo
del sol en tu piel.
Ya habrá anochecido
y aún deslumbra
si miro
a través de las plumas
que abrigan del frío
tu cuerpo
al dormir.
Y así vuelvo a nacer,
yo,
que sobre el tiempo
solo sé,
que muy diferente
se pasan
las horas
estés o no estés.
5
32
216
Pudiera ser,
a ratos quisiera,
que de tanto pensarte
te desgastes en mí
y te disipes
convertida en estela,
último trazo
de un cometa.
O pudiera ser,
yo no quisiera,
que de tanto pensarte
dejases en mí
el surco que deja
el arado en la tierra
esperando una siembra
que nunca llega.
8
44
219
"Por dar al viento trabajo,
cosía con hilo doble
las hojas secas del árbol"
A. Machado
1
37
213
"Tu soledad, mi soledad, por serlo,
soledades lejanas,
están más cerca cada vez, más juntas,
como si no tuviesen más que un alma"
José Bergamín
1
33
247
"La nube que trae un viento,
las palabras que traen pena,
otras palabras las limpian,
otro viento se la lleva"
Pedro Salinas
1
35
206
Me escondería de ti en mí
para que me encuentres,
si quieres encontrarme.
Cuando me encuentres,
me escondería de mí en ti
¡y no pienso ir a buscarme!
4
32
203
Cuando me aburro
buceo en el océano
de la contradicción.
Desciendo al absurdo
de buscar aire
en la profundidad;
entre muerte y vida,
mi trinchera sumergida,
donde odio y amor
se mezclan,
la herida cerrada
parece abierta
y la abierta,
cicatrizada.
Donde respiro...
agua salada.
5
38
199
Como bandera,
un lienzo compuesto
de oscuros retales
que quedan de sus sueños.
Y pintada en el centro,
una estrella de plata.
Le recuerda el lucero,
diminuto en la tela negra,
que aún en las noches
más largas y frías
de entre las luces
hasta la más pequeña
puede servirle de guía.
1
41
199
Te espero dormido
en el cruce de caminos.
Escoge, si quieres,
que yo ya he escogido.
Un camino tengo
que huele a tomillo
y sabe a romero.
Y tengo una senda
que lleva a una roca
tan sabia y tan vieja
que narra leyendas.
Escoge, si quieres,
que yo ya he escogido
caminar contigo.
5
38
196
Bebimos, en la sombra, nuestros llantos confundidos...
Yo no supe cuál era el tuyo. ¿Supiste tú cuál era el mío?
J.R. Jiménez
1
39
190
A ti nunca.
Solo al papel le confieso
que en secreto aspiro
a que me quieras;
con la infinita locura
de querer perderte
y esconderte
en mis ojos,
de querer esconderme
y perderme
en los tuyos,
hasta que cierren
y encierren
nuestras miradas juntas.
4
34
181
Cabe la posibilidad -lo digo en serio-
de que solo estemos en el mundo
para ver amaneceres.
11
29
190
Sea lo que sea
-no me atrevo a definir-,
el alma al alma entiende.
6
26
182
Y esa lágrima, si es de verdad,
erosiona un surco en tu mejilla.
Surco que es río que lleva al mar
y en el mar las lágrimas germinan.
Como semillas germinan al llegar,
semillas saladas de alga marina.
4
44
184
Adiós, amapola,
llega el otoño.
Adiós ahora,
volveré a verte
en los caminos,
en las laderas,
al volver a alzarte
entre el trigo verde
por primavera.
Ojos de campo,
mirar de seda,
volveré a verte,
ojalá me veas.
4
43
179
Mi complice de atracos
de ganas.
Tan atenta, tan clara,
tan segura, tan osada.
Tenerte cerca
es deslizar los dedos
por el filo
de una navaja afilada
y, a la vez,
por hierba recién cortada,
húmeda de la mañana.
7
32
175
...me sentía
como un barco vacío
(iba a decir a la deriva)
y sólo digo
como un vacío
barco
me sentía;
peor,
como un marco vacío me sentía,
eso, eso,
como un marco sin tu fotografía.
Gloria Fuertes
4
34
179
Es como la tierra,
cubre mis raíces.
Sedosa arcilla,
empapada de otoño,
derrama en mi sed
la lluvia drenada.
Asienta en su seno
mi mundo revuelto
para volverlo sereno
en el suyo;
para volver, en su seno,
mi mundo y el suyo,
nuestro.
3
34
177
Hay quien dice que la belleza es lo único cierto (recuerdo haber leído).
A mí, sin embargo, la belleza me produce una profunda y persistente incertidumbre; al volver lo más bello irremediablemente menos bello todo aquello que lo rodea.
Como cuando te conocí.
3
27
178
(Obviedades meteorológicas)
Llega la calma después de la tempestad.
No es la misma calma que la precediera.
Violentos recordatorios de la fragilidad,
entre calma y calma transitan tormentas.
Sin embargo, está casi siempre en calma
el campo donde los finales prosperan.
7
25
178
Por dentro soy amasijo
de hierro oxidado,
entrar es cortarse,
despellejarse,
quedar atrapado.
Tengo que buscar
entre cortantes bordes
de metal descomponiéndose,
como yo.
Encontrarme
ahí dentro
y romperme
para que puedan salir
pedazos consistentes,
pedacitos de mí,
lo que quede.
5
25
170
Sigue la rama hasta la punta
y en la última hojita,
en la más verde y más tierna
escribe unas letras
al caer abatido
de otras hojas ya secas.
Escribe y libera,
que la palabra escrita
si es leída, vuela,
y con suerte
se posa en una boca,
acaricia alguna piel,
arrastra alguna pena.
4
30
175
Me acerco y me alejo,
encadenado al péndulo
del olvido y el recuerdo;
del puedo y no quiero,
del quiero y no puedo.
Como un niño pequeño,
como el lobo atrapado
en el páramo irredento
de todas mis pesadillas
y de algunos, los mejores,
de mis sueños.
5
37
180
En sus ojos latía
una intensidad
tan luminosa
como fugaz.
Cuando se iba
no miraba atrás,
no había mañana
cuando volvía.
Pasados los años
me da por pensar;
nunca he sabido
si no volvió más
o si, como siempre,
volvió y fui yo
quien ya se había ido.
2
36
170
Cubro la desazón
con fina capa
de quietud serena.
Capa que cubre,
para que
quien no quiera
no vea,
y transparenta,
para que
quien pueda
y quiera
vea,
que hay desazón
bajo la fina capa
de quietud serena.
1
31
170
Vacío de gemidos
la almohada
para llenarla
del susurro aturdido
de la noche
que se alarga.
Un susurro
que no quisiera
ser lamento
aunque a menudo
lo acabe siendo.
Un susurro
que dicta frases
a deshoras,
cuando le escribo
al dolor
se ríe,
cuando le escribo
al amor
me ignora.
6
31
165
"Siempre estaré para ti.
Para ti estaré siempre"
Si un día no estuviera
échale la culpa
a la irresistible poética
del siempre
en las promesas.
Siempre,
nunca es siempre,
acaso, difícilmente,
dura lo suficiente
para que llegue
otra promesa
con otro siempre,
un poco
menos siempre.
5
32
169
Dejo a la noche que llueva
palabras en mi tejado.
Desagua el agua de la pena
en desagües desbordados.
"No he olvidado tu vientre,
no he olvidado tu tacto;
la lluvia revela siempre
lo que no borran los años"
6
28
168
Hay personas capaces de enamorarse y otras que no.
¡Pobre de la persona que se enamora de una que no!
Gloria Fuertes
0
34
167
Entretenimiento de domingo. Con tanto cariño como limitaciones. Y agradecimiento.
La música que suena es la intro de Corazón de Tango (Doctor Deseo), interpretada por la Euskadiko Orkestra.
De fondo, la obra "Awakening of Love" de Kazuko Shiihashi.
Texto y voz, yo mismo.
8
26
162
Hay mundos, entre dos,
que para que funcionen
basta con inventarlos.
Seguirán funcionando
una vez inventados
-eso me gusta imaginar-,
sempiternos,
ajenos ya a la voluntad
de aquellos que un día
los crearon.
2
36
165
A las puertas del infierno,
ese que no existe,
vagaba yo solo.
Dos demonios salieron
al oírme pasar.
Alcé la vista del suelo,
vi mi reflejo
en sus ojos de fuego.
Una parte de mí se llevaron,
otra parte dejaron atrás.
Disgregado
a las puertas del infierno;
el que no existe
soy yo.
7
23
165
En el monte del absurdo
encontré un alijo
de plata,
escondido por el mirlo,
por el cuervo
y por la urraca.
Recorrí mi mundo
pagando
con la riqueza
encontrada.
Perdí la sombra
del cuerpo,
perdí la sombra
del alma;
y desde entonces
siempre me siguen
el mirlo,
el cuervo
y la urraca.
5
28
163
Nos volvimos a ver
tirando de carros
llenos de pasado.
El futuro,
cercano al olvido,
lucía oxidado.
Nos volvimos a ver
en la misma esquina
entre tu casa y la mía,
la de la malva florida.
Y si no te hubieses ido
hubiera reconocido
que en tus ojos verdes
infinitos
aún sigo perdido.
4
27
160
De repente, una mirada,
y en el pecho el valor de asumirla.
Aunque las manos suden,
aunque las piernas tiemblen.
2
22
163
Con la mente enraizada
en tu pecho
me crezco decapitando
espantapájaros
en sueños.
Que no alejen
de mis campos
tu vuelo,
que no alejen
tus alas
de mi suelo.
Que si he sembrado
es por que quiero
sembrarte también
a ti luego.
6
35
160
Puedes jugar conmigo,
nunca gano,
pediré revancha
para que no te marches.
Puedes calentarme
sin quemarte,
no es difícil,
pero no pidas
que no piense en ti
al acostarme.
Puedes engañarme
y yo haré
como que no quiero
enterarme.
Cuando me aburra
volaré
donde no puedas
encontrarme.
6
32
161
Hablan las olas
palabras de sal,
acaricia la brisa,
reflejos de cristal.
El alma se alivia,
-alma de gaviota-,
a la orilla del mar.
1
31
155
Se agita un arbusto
de porte sediento
y pequeño fruto.
De cortas ramas
que apenas arrancan
sollozo alguno
al viento.
Su fruta madura
cuando afloja el frío
que es casi nunca.
Se hace largo el invierno
en la tundra.
Tan largo que el calor
al llegar imprevisto
lo seca (lo asusta).
0
28
155
Cuando era pequeño
contaba infinitos
en puñados de arena.
Que pena que no estuvieras.
Retaba a las olas
a luchas a muerte
que siempre ganaba.
Que pena que no me vieras.
Llamaba a un futuro
de horizontes surcados
por velas al viento.
Que pena que no me oyeras.
7
33
155
Me hace falta el beso templado
de tus labios sonrojados.
Los míos se van agrietando
en la aspereza de no besarlos.
Una grieta cada día que pasa
y en cada grieta abierta, una chapa.
Chapas que cubren de acero
mis labios secos de tus besos.
2
32
150
Nací en Desarraigo,
un barrio
casi sin nombre
de baldosas rotas
y ventanas cerradas.
Crecí viendo gaviotas
buscando su playa
en contenedores.
Viví en casas de paja
y el lobo soplaba
y soplaba.
Dormí en camas
con sueños,
comí todo el cariño
que me daban.
Nunca me faltó
de nada.
4
32
155
"Que la vida
puede durar un cruce de miradas
en medio de una tormenta.
Y os aseguro que eso es un regalo,
eso es más que suficiente"
Elvira Sastre
2
31
150
Me aíslo
en el eco torcido
de mi propia voz.
Busco refugio
en el pisar hojas secas
del otoño,
en los atardeceres de junio,
en el sublime recuerdo
que deja la felicidad
cuando cala y se va,
tal como vino, caprichosa.
Recreo un mundo precioso
para poder
de una puta vez
darle fuego.
6
38
153
El orgullo
es mi última trinchera,
vela al viento
cuando los remos pesan.
Por él
empaqueto recuerdos,
los envuelvo
en inflamable estera
y prendo fuego.
Tamizo luego
los restos de la hoguera
a ver si entre ellos veo
algo con lo que pueda
componer algún verso
que merezca la pena.
2
30
149
"¡No sois vosotras, dulces ramas
de oro, las que os mecéis
al viento último: es mi alma!"
Juan Ramón Jiménez
1
24
156
"El amor no era un oscuro instinto animal, como en un principio lo había yo sentido; ni era tampoco una piadosa adoración espiritual, como la que yo había consagrado a la imagen de Beatrice. Era ambas cosas, ambas y muchas más: era ángel y demonio, hombre y mujer en uno...
1
21
154
Saco el cuchillo de cortar los hilos del destino.
Hay días que lo limo, otros lo afilo.
Otros, los menos, solo lo miro.
Espero ver respuestas en su metálico reflejo.
Espero respuestas a preguntas escondidas.
Pero solo veo, detrás de mis ojos,
una calavera con sus cuencas vacías.
1
31
152
Le escribía poesía, hasta el miércoles. Sincera pero mala. Seguramente así lo fuera, no guardo nada.
El jueves la olvidaba un poco, el viernes más.
Las ganas de piel y refugio nos llevaban a acabar juntos el fin de semana. De nuevo.
Fue muy bueno, amor...
Y todo amor deja marca.
5
26
150
Se me escama la piel;
piel de serpiente que ya no muda
sin mano tuya a la que ofrecer
la dulce fruta del bello árbol
donde yo vivo.
¡Deja a Adán!
Déjalo y ven conmigo.
Huyamos lejos, deseo mío,
lejos de un dios acomplejado
que envena las manzanas
que tan a gusto recogimos.
2
31
153
Amar es también asomarse
al abismo de la pérdida
con la sonrisa rotunda
del que sabe, por sentirlo,
que cada momento contigo
compensaría un infierno.
Compensaría un infierno
cada momento contigo,
se sabe, lo sé, por sentirlo,
aunque no sea cierto.
10
44
159
En el pozo había caído una piedra, y el pozo era mi alma joven.
HESSE, Hermann ("Demian")
1
25
155
Yo no sabía
que esa amapola
nunca sería.
Yo no sabía
que hasta mis tripas
masticaría
para asumir
que no la tengo,
para asumir
que ya no es mía.
Yo no sabía,
solo quería
verla desnuda.
Solo quería
verla desnuda
toda la vida.
3
37
152
Puede ser
que el roce de tu piel
la haya borrado.
Puede ser
que se haya impuesto
el reseteo acordado.
Puede ser
que vuelva a resistir
ese efecto
tuyo en mí
que tantas marcas
me ha dejado.
Pero hoy me falta
una cicatriz
que, hasta ahora,
siempre había estado.
4
29
151
No te rindas, viento,
no amaines, no cedas,
debes redimir tanto cautivo,
derribar todos los muros.
No descanses aún.
Sopla fuerte desde el Norte,
desde el mar o la montaña.
Barre asfalto, farolas,
hormigón...
Barre cenizas
del viejo mundo que colapsa.
Déjanos solo esperanza.
11
36
151
Eres tan maravillosa
que soplaste aquella nada
y se volvió un todo.
Aquella nada soplada
amaga posarse de nuevo
cada vez que te marchas.
2
33
154
Aún deben quedar,
para ti y para mí,
playas ocultas
por descubrir;
en las que mi pecho
vuelva a ser
tu almohada,
tu indisciplinado pelo
bandera al viento
y la felicidad
una mentira creíble
en la que nadar
sin tanto miedo.
5
30
150
Lluvia del Norte,
diosa del fango,
te estaba esperando.
Ven en tu nube
gris alabastro,
moja y renueva
el aire cansado.
Ven en tu nube
de oscuros jirones
y dale a los campos
y dale a las noches
tormentas de sueños,
tormentas de amores;
tormentas que aneguen
tan secos corazones.
2
32
151
Cuenta la leyenda
que escribe
en su torre oscura,
que escribe
canciones grises
para cantarle
a la luna.
"No diluyas
luna clara
tu brillante luz
en la mañana,
que tu ausencia
el tiempo espesa,
y las nubes
ya no lloran
amargas lágrimas
de cerveza"
1
29
147
"Tú, lo grande, anda, descansa en honor de lo pequeño;
que su mundo está en su hora y tu hora es el universo"
Juan Ramón Jiménez
4
23
149
Al hablar mantenía en la voz el poso del silencio.
Estaba, sin duda, más acostumbrada a hablarse a sí misma que al mundo que la rodeaba.
Esa escasez inflamaba sus palabras cuando la chispa venía de dentro.
Sus te quieros, también escasos, marcaban la piel como hierros candentes.
8
26
145
Сomo la brisa recuerdas al viento.
A la mar, como el arroyo, recuerdas.
Como la vida recuerdas al cielo.
Recuerdas, como la muerte, la tierra.
J.R. Jiménez
1
23
150
"¡Qué amargura tan honda
para el paisaje,
el héroe de la fronda
sin ramaje!
Ya no serás la cuna
de la luna,
ni la mágica risa
de la brisa,
ni el bastón de un lucero
caballero.
No tornará la primavera
de tu vida,
ni verás la sementera
florecida.
Serás nidal de ranas
y de hormigas"
2
27
146
Hoy tendré más cuidado
al hablarte de mí;
de mi buho en el pecho
o mi álbum de charcos,
de mi tendencia al exceso,
o mi maleta de harapos.
Te contaré resignado
que ni aún queriendo
hubiera evitado
que tu primavera lluviosa
este tejado moje
y arrastre el deshoje
de otoños pasados.
9
25
143
Jugando entre zarzas
compartió conmigo
su penúltimo secreto.
Un cofre escondido
con una margarita
y una mirada dentro.
La margarita, sin incertidumbre ninguna,
para cuando le asalten las dudas.
Y la mirada, comburente,
para incendiar la vida
en las pupilas
de quien ella decida.
0
28
146
Me gustan esos espacios
casi deshabitados
entre tanta certeza-refugio.
Donde la carga de la intrascendencia
se vuelve liviana,
apenas un pétalo desprendido
de un ramo de flores funerarias;
donde la vida, ajena al mañana,
se quita el corsé,
se desnuda y folla conmigo.
6
26
147
Ese silencio
que congela
hasta el quiebre
una respuesta
pendiente,
ese silencio,
después arropa.
La respuesta,
una vez quebrada,
¿a quién le importa?
Deja de hacerlo,
y ese silencio
que es el mismo
que congelaba,
si lo haces tuyo,
calma y arropa.
6
26
143
Una jaula llevo dentro,
¡no le habléis de mí al ave!
En mis entrañas encerrada
no quisiera despertarla.
Si despierta una mañana
y mis barrotes desdibujan
el contorno de sus alas,
¡habladle de las llaves!
Esas que tengo guardadas
en el fondo del abismo
de mi alma desplumada.
0
25
141
Quiero vivir, vivir como la hierba dura,
como el cierzo o la nieve, como el carbón vigilante,
como el futuro de un niño que todavía no nace,
como el contacto de los amantes cuando la luna los
ignora.
Vicente Aleixandre
2
29
137
Vuelvo a escribir;
sin saber si derramo
palabras masticadas
o soy yo,
masticado por ellas,
quien en palabras
se derrama:
"Donde tanta alegría hubiera
dejé a la pena que entrara,
me vestí el disfraz de poeta
para enfrentarme a la nada".
3
27
141
El río se seca,
sus afluentes
apresados
lo están ahogando.
La tierra expuesta,
falta de agua,
se abre, se agrieta.
El río se seca
y mis venas con él
se van secando...
Mañana volverá
la lluvía a los altos
arrastrando
hasta tu marisma
el fértil barro
que para ti guardo.
4
27
137
Solo una vez
te dije ven,
solo una vez
te lo dije.
Y aún desgarro
aquel septiembre
de este cuero
que es mi piel,
secado al aire,
curtido en hambre,
hambre de verte,
de verte irte.
Y aún desgarro
decirte ven,
solo una vez,
dejarte irte.
6
31
137
De la ola, una ola y otra ola,
verde mar, verde frío, rama verde,
yo no escogí sino una sola ola:
la ola indivisible de tu cuerpo.
Pablo Neruda
4
21
135
Esa piel que escondes,
que nunca enseñas,
de hojarasca cubres
que nadie vea.
Esa piel que a todos niegas,
que solo eriza la luna llena,
esa piel,
esa piel quisiera.
1
20
138
Superficies resbaladizas.
Brilla el metal bruñido
aún debajo del barro.
Me tatúo en tinta mentirosa
eso de las verdades relativas,
a ver si así me lo creo
y no resbalo tanto
buscándome a mí mismo.
Siempre guardaré conmigo
aquel crujir del aire roto
en el abandono del desierto.
6
32
137
Agito un enjambre creyéndome inmune.
La mezcla de vanidad e inconsciencia suena a zumbido de aguijones.
Acepto, sediento de miel, veneno que bombean bajo la piel.
Duele.
Confío en que el dolor me enseñe.
Pero duele y no aprendo.
Amaina el dolor y no aprendo.
Agito otro enjambre.
2
24
135
Te encontré
cada vez que sonaba
esa canción,
cada trago de vino blanco,
cada tarde de primavera,
casi verano.
Te encontré
en otra vida paralela,
acostada a mi lado,
rozando tu piel con la mía.
Te encontré
después de otros adioses,
en noches a la deriva,
en cada lágrima vertida.
1
27
133
"Escribir es de cobardes;
pura valentía, el amor.
Todo junto, poesía"
Elvira Sastre
Si el amor es el viaje de ida
tropiezo con la poesía
perdido en el viaje de vuelta.
Perdido en la vuelta
me pone la vida
zancadillas de poesía.
1
26
134
Abrirás las alas
sin saber que tenías.
Saltarás al vacío
sin saber que podías
y volarás.
Conquistarás un cielo
hecho a tu medida,
inmenso y bello.
¿Y las estrellas?
Las estrellas, mi vida,
solo son agujeros
en la oscura tela
para que pueda
algún dios
seguir tu vuelo
desde fuera.
4
29
132
Una vieja farola parpadea insistente en el indescifrable morse de los sueños perdidos.
Te veo, entre brumas, bailando desnuda. Bebemos y follamos a la luz de una luna tan llena que nos vacía de dudas.
El mundo nos olvida.
Mejor aún, somos nosotros quienes olvidamos al mundo.
3
24
134
Levanto la vista;
no veo
mi playa desierta
abierta a naufragios.
A cambio
me quedo varado
en un lecho de roca
semisumergida.
Golpean las olas.
No es tu cuerpo
subido en el mío
pero coincide
en el ritmo
y me rindo
a soñarte,
pensarte
hasta el fin,
hasta que apague
sus olas
el mar.
8
27
129
"...Aún vivo y busco tierra,
tierra en mis brazos, mientras todo el aire
se puebla de sus pájaros oscuros,
mientras las negras alas silenciosas,
sin sus plumas, circundan piedra, sangre,
buscan mis ojos, donde nunca lágrimas
serán para la sed que no se apaga"
V. Aleixandre
0
31
130
Un cerrojo pintado con tiza
en la puerta de entrada.
En cada ventana,
caracolas
que cuando ella vuelve,
asoman.
En el tejado,
una estaca;
posada en ella,
una gaviota,
cada marea le recuerda
la deuda de cada paso
y que las piernas que pasea
nunca hicieron que dejara
de ser sirena.
4
29
126
Así mis letras se cansan
de significar todo,
tan encendidas,
tan apagadas,
así se cansan
de significar nada.
Vuelan escritas
entre un siempre
y un nunca,
tan vaciadas,
tan absolutas.
Volando perdidas
por vastas llanuras,
sin soles ni sombra,
buscando su oasis,
cavando sus tumbas.
3
24
129
Me asomo al mundo en la desnudez del que nada trajo y nada se llevará.
Por momentos transmuto en pesadumbrosa criatura que mira de tú a tú a su sino.
Otros muchos solamente disfruto el desfilar del carrusel de la vida, interiorizando la felicidad de su delicada evanescencia.
6
23
125
Te llamé tanto
que hasta el silencio,
conmovido,
gritó conmigo
para que mi garganta
descansara.
Te llamé dulce
con letras de nata
escritas de noche
y por el día borradas.
Te llamé...
acaso el tiempo
cambió tu nombre,
cambió mi voz,
cambió mi cara.
Quizás por eso
no contestabas.
5
23
127
"Me vi sentada en la horcadura de esa higuera, muriendo de hambre solo porque no podía decidir cuál de los higos deseaba. Los quería todos, pero elegir uno significaba perder los demás, y mientras permanecía allí sentada, incapaz de decidirme, los higos empezaban a arrugarse...
3
21
129
Solo quiero una caricia
de esas que regalas
por la mañana,
que escondes
durante la noche
para que nadie pueda
encontrarlas.
Solo quiero una caricia
de esas que nunca das
equivocada,
que de esas que das
de cualquier manera
ya tengo muchas
guardadas.
6
34
123
Que difícil retorno tiene el camino
de la indiferencia.
"Tú juegas a olvidarme,
yo juego a que te creas que me importa.
Conozco la jugada,
sé manejarme en las distancias cortas.
Y no me importa nada"
No me importa nada🎶
(Pancho Varona 📝/Luz Casal🎤)
6
24
128
Las raíces que escondes
son reflejo de tus ramas,
como un subconsciente
en su símil arbóreo.
Una subterránea maraña
de deseos ocultos
y frustraciones ignoradas
que aún estando lejos
del impacto estético
de tu verde ramaje,
procuran esencia,
complejidad
y singularidad
a tu ser.
4
24
123
Te busqué
en cada persona
que entraba por la puerta,
en cada mirada en el autobús,
en todas las barras de bar,
todas las noches.
Te busqué
en otras sonrisas,
en otras palabras,
en otros cuerpos.
Te busqué en otras camas.
A veces incluso en la mía,
debajo de las sábanas.
3
25
125
Aprendo a amar
cada mañana,
no nací sabiendo.
Si tropiezo y caigo,
me levanto,
desde el suelo
también aprendo.
Del murmullo del viento
a ser lamento,
de la tierra que piso
a ser sustento.
Siempre aprendo.
Incluso en tu silencio
he aprendido
que poco a poco
iré aprendiendo.
3
25
123
Descubro el hambre en tus labios
y en tus labios aprendo a saciarla.
2
22
124
Te abrazo,
cierro los ojos,
respiro;
huelo el musgo
que abriga la roca,
la brisa salada
que lima las olas
y vuelvo a tu casa
a estirarme en la cama
de patas dobladas.
Como aquella mañana.
Huelo la hierba
que crece sedienta
en el jardín oculto
detrás de la puerta
de tu cremallera.
4
27
120