Sagitario, huyendo del dolor, se excede. Capricornio, huyendo del exceso, juzga entre "el bien y el mal". Acuario, huyendo del juicio, se aleja; lo reconoce inútil. Y en Piscis ya no queda lugar para huir. Está todo dicho, todo creado, no hay escapatoria: hay que sentir.