Ahora, más calmada, esto: 1. La idea de seguir transmitiendo el consejo de ministros me parece buenísima como estrategia de comunicación. Me alegra que continúe. 2. El principio autocrítico y de transparencia de los consejos televisados sientan un precedente inédito a nivel de comunicación política. 3. Espero que el próximo consejo sea más ordenado y se puedan mirar en el espejo de lo que pasó en el primero. 4. Entiendo que la gestión de gobierno no puede reducirse al tema Sarabia-Benedetti, pero sí es evidente que ese elemento traba el flujo de la comunicación interna. 5. No creo que rechazar la presencia de ambos funcionarios sea una cuestión de sectarismo político. En campaña, muchos aceptamos que el señor (y luego la señora) ayudaran. Lo insultante es que Benedetti ha dado las muestras más explícitas de ser un maltratador de mujeres (ahí, frente a él, estaba sentada su ofendida pública) y no ha dado muestras de ningún gesto humilde, ni de nobleza, ni de querer reparar su comportamiento. No es su filiación política lo que nos molesta a algunas mujeres. ¡Eso es lo de menos! 6. Pensaría que las segundas oportunidades son para quienes piden perdón con el corazón en la mano, dando un testimonio sincero de haber reflexionado y meditado sobre un mal paso (que todos damos, en muchos momentos). Esto no se ha visto por parte de Benedetti. Sentarlo a su lado en esa mesa honorable es muy provocador y violento para muchas mujeres. 7. El presidente se raja en feminismo durísimamente. 8. El proyecto progresista es hermoso y es en el único que creo, por el momento. La sociedad del cambio debe ser superior al gobierno del cambio y esto lo ha planteado el mismo Gustavo Petro. 9. Las mujeres que pedimos un cambio en las prácticas patriarcales, incluidas las simbólicas, somos parte de esa sociedad del cambio y no queremos transigir nunca más porque “hay temas más importantes”. 10. Logros hay y también debemos verlos.