Por favor, dadle amor al cartel de la nueva temporada en
@palacioprensa
que es como el de la temporada pasada pero en lugar de un 6 con un 7. Entradas en:
En el Mercadona del Ensanche de Vallecas un señor no se ha enterado de que el paquete de azúcar que llevaba en la cesta estaba roto y ha ido dejando un rastro por todo el supermercado. ¿Que como lo sé? porque ese señor SOY YO.
Al que lo ha tenido que recoger le he pedido perdón muy fuerte. También he intentado arreglarlo con un chiste y he dicho: “vaya, parece que ha estado haciendo la compra Maradona”. No ha entrado.
El padre de Rocio Piso mirando a ver si puede denunciar a Elena Cañizares por colgar la conversación en redes en lugar de decirle a su hija: tronca, caliéntale los tuppers y deja de ser una persona de mierda.
Lo peor de todo es que ya me conocen en ese Mercadona, me conocen como EL QUE UNA VEZ TIRÓ UN CARTÓN DE HUEVOS. Soy reincidente. Creo que si vuelvo a tirar algo ya podrían expulsarme legalmente del Mercadona de por vida.
Cuando de pequeño tenías una excursión con el colegio y te levantabas de la cama por la mañana con ilusión y alegría. No me ha vuelto a pasar en la puta vida.
Ha tenido que venir otro señor a avisarme, el caminito de azúcar cruzaba todo el supermercado pero no he hecho más fotos por la vergüenza de mi performance.
Hemos perdido el satélite español a los ocho minutos de salir, pero si de verdad es español aparecerá dentro de dos días diciendo que se ha encontrado con unos amigos y le han liado.
Veo gente que no entiende la ruta. Os la explico:
1. Me paro a ver quesos, semicurado de cabra.
2. Voy a por nueces pero a mitad de camino recuerdo que ya tengo en casa.
3. Vuelvo a los quesos, no necesito más pero tengo querencia, de ahí el titubeo.
4. Rectifico, a por chóped.
Hace unos días nos dejó Leia: la adicta al queso, la que tenía miedo a los secadores, la que salía movida en las fotos, la que se revolcaba en la hierba, la perra de mi vida, a la que más he querido y más voy a querer y a la que no voy a olvidar nunca. No dejo de pensar en ella.
Y nada, que me voy a buscar un bigote postizo, una peluca, unas gafas de sol y una gabardina, si vuelvo por allí será fingiendo tener acento francés y diciendo que no conozco de nada a este tal “Nachó Gagcía”.
Pidiendo ir a misa, liándola porque quieres una tortilla, siendo infiel... a veces tengo la sensación de que soy el único gilipollas que está en su casa quieto y sin dar guerra.
Qué ganas tengo de que encuentren una vacuna para que la gente pueda volver a ir a una discoteca a que un señor les escupa jagger sobre la cabeza con normalidad.