Después de dar satisfacción y alimento a mis demonios personales (por lo vivido ahí dentro), de dejarme llevar por lo inmediato, de sorprenderme mucho por la cantidad de gente que ignoraba todo, de la cantidad de gente que dice que lo ignoraba y miente; después de pensar que es necesario que se caiga todo, por el daño que han hecho...esta mañana me he levantado con un regusto más amargo y más calmado. El feminismo no puede ser sólo eso, aunque sea necesario. El feminismo no puede ser la denuncia en redes, los linchamientos públicos (yo siempre siempre estoy en contra) escudriñar vidas sexuales y comportamientos personales y exponerlos, buscar a lxs culpables, a los que sabían y callaron. No estoy segura de que a la larga sea justo para las víctimas tampoco. Supongo que es inevitable en tiempos de redes sociales, pero no hay sociedad que soporte eso para siempre, las denuncias, la exposición pública de agresores y víctimas, el linchamiento, el castigo ilimitado y que no acaba jamás. Puede que sea inevitable ahora, porque venimos del silencio pero el feminismo no es sólo eso, ni siquiera fundamentalmente eso. Hablamos de una completa construcción social que tiene que cambiar. Cuando miro a mi alrededor, lo que veo es a muchos hombres (y mujeres) que se han visto sorprendidos por una ola feminista que han tenido que asumir sin comprenderla del todo. Decía ayer que el feminismo supone que la otra humanidad, las mujeres, quieren explicar el mundo. Miguel Lorente dice, en una frase que me gusta mucho, que se está produciendo una batalla por la definición de lo humano y por el derecho de organizar la sociedad. Y pienso que es exactamente eso, es mucho más que una batalla cultural. Salirse del androcentrismo supone una transformación antropológica. Lo cambia todo. Y no basta con estar de acuerdo con los cambios, hay que encarnarlos. Por eso a los hombres, a los que no han hecho el inmenso esfuerzo que supone intentar comprenderlo en toda su extensión, les cuesta tanto. Tienen que cambiar la manera en que entienden el mundo, la sociedad, la política, todo. Pero también la manera en que se entienden a sí mismos, en que se viven, la manera en que han aprendido a relacionarse con nosotras y entre ellos mismos. Y eso no es sencillo. Los hombres tienen que mirarse dentro, hace un enorme esfuerzo, intentarlo, hablar con nosotras, leer, tratar de ver que les estamos señalando otra manera de estar en el mundo y que, además, queremos que sea, en adelante, la manera habitual de definirlo y organizarlo. No sé muy bien cómo se puede hacer para que esa otra mirada, esa otra humanidad hasta ahora silenciada y orillada, la de las mujeres, se haga común, pueda ser compartida, pueda con toda legitimidad, ocupar el centro. No basta con decir "soy feminista", no basta con estar en contra de las violencias machistas, no basta con estar a favor de la paridad o de las leyes feministas. Hay que estar dispuesto a revolverse entero. Y eso no es fácil, ni rápido. Pero se trata de eso.

INFOGRAPHIC | De-Gaza: 365 days of devastation Key statistics on the toll of Israeli genocide on Gaza’s population and infrastructure

Powerful.