El ángel caído. Cabanel. 1847. Romanticismo.
Es uno de los cuadros que más me impresiona.
Cuando tras el destierro, se ve en la cara del hijo, todavía hermoso, el odio, la vergüenza, ira, impotencia.
Músculos en tensión, la mirada fija, cara oculta.
Y el mundo sigue ajeno.