Me gustaría saber si al final del día, cuando la rutina se va, paras un momento y me extrañas. Si a pesar de la distancia, una luz se enciende cada vez que nos pensamos.Que un engranaje poderoso, algo, nos conecta y nos mantiene cerca cada vez que la esperanza flaquea.
Aceptar que a veces las personas que más queremos no nos quieren, o no nos quieren bien.
Entender que eso no tiene que ver mucho con nosotros, que cada uno es libre de elegir. Que el que se quiso ir, se fue. Que los que se quisieron quedar, aquí están. Y ya.
Por eso siempre digo "hasta luego", porque, aunque me quiera ir, no sé decir adiós.
El "luego" puede ser mañana, un mes, un par de años o el resto de la vida, no lo sé, y no quiero saber.
Hasta luego está bien.
No eres difícil de amar. Más bien es, que algunas personas se asustan con lo diferente, con lo intenso, con lo frágil, con lo único, con lo libre, con lo auténtico. No, no eres difícil de amar.
Quien me aceptaría asi con todo este dolor que llevo en el cuerpo, quién podrá soportar mi tristeza, mi llanto, mis ganas de dormir. El filtro gris con el que veo las cosas.
Quién podrá si ni yo puedo !
Te miro mucho, incluso cuando apoyas tu cabeza en mi pecho y te quedas ahí, como si fuera el lugar donde tendrías que haber estado siempre. Te miro mucho y me gusta. Me gusta saber que por primera vez elijo quedarme con alguien.
Te propongo que en lugar de buscar nuestro para siempre, abramos un vino, cocinemos algo, y nos comamos y bebamos como si fuese la última vez. Hagámonos todo hoy, y mañana …mañana vemos.
A veces pienso que lo que buscas también te está buscando a ti, pero la vida pone una regla difícil : dejar ir.
Quizá lo nuevo no pueda llegar si no encuentra un lugar vacío. Quizá …
Demasiadas lunas sin poder conciliar el sueño, buscando respuestas que, en el fondo, ya no existen. Y ahora, con la armadura magullada por los golpes, comienzo a comprender que no se encuentra una solución a menos que la busques dentro de ti.
Hay una melancolía que nos hace extrañar cosas que jamás han ocurrido. Una mano que no nos sujetó, un abrazo que nunca nos sostuvo, unos labios de éter …
Volver a empezar. Con la valentía que he ganando en cada salto, en cada soledad , en cada tristeza, en cada fracaso. Volver a empezar con todo el miedo que aún me queda pendiente.