Me destruye ver a un pibe que la viene peleando solo, que se rompe el lomo para seguir peleando el puesto y que el equipo y los compañeros sin ganas de nada no lo ayuden. Perdonalos changuito, gracias por la entrega.
Se alejó de su familia, se fue hasta la otra punta del mundo y dejó todo para cumplir el sueño de jugar en La Bombonera. Cada día se hace más grande la figura mundial de De Rossi. Cuando se quiere, se puede.