El sentimiento de resignación es un conocido compañero para los aficionados del Atlas, quienes a lo largo de los años han demostrado una lealtad inquebrantable hacia el equipo rojinegro. Esta devoción se convierte en un vínculo casi familiar, donde compartir las derrotas es tan significativo como celebrar las victorias. Hoy, la afición y el equipo están de luto, unidos en un dolor compartido que trasciende el deporte. La pérdida de Jeremy Márquez, más que un jugador, un hermano dentro del campo, resuena en los corazones de todos los que visten los colores rojinegros. Su legado no solo se mide en goles y asistencias, sino en el espíritu de camaradería y pasión que infundió en cada partido. En este momento de tristeza, la comunidad rojinegra se une con fuerza y solidaridad, recordando que, aunque el fútbol pueda ser cruel, el amor por el Atlas perdura, alimentado por el recuerdo de aquellos que dieron todo por el equipo. Jeremy estamos contigo.